A. Las calderas de tubos de humo también llamadas pirotubulares tienen una vida útil promedio de hasta 20 años, siempre y cuando se operen correctamente, teniendo mediciones continuas de sus cifras de combustión y un riguroso control del agua de la caldera (tratamiento químico correcto de agua). La vida útil de la caldera se recorta drásticamente, cuando ha sufrido daños en su hogar (o tubo cañón) y en sus espejos por bajo nivel de agua.
El envolvente del cuerpo de presión de la caldera (= cuerpo de la caldera) sufre a través del tiempo pérdidas del espesor requerido, sobre todo en los puntos cercanos a la salida de vapor y la entrada de agua por erosión y corrosión interna.
A menor espesor en cualquier punto del envolvente del cuerpo de la caldera, menor es la presión a la cual se puede operar una caldera. La única forma correcta para poder determinar la presión máxima de trabajo de una caldera usada, es por medio de la medición de espesores por ultrasonido (-un método relativamente económico y seguro-), con más de 50 mediciones en el envolvente de la caldera, y tomando especial cuidado de medir espesores en las periferias (5 a 40 cms.) de los coples:
- De la salida de vapor
- De la alimentación de agua
- De las purgas de fondo
- De las purgas de nivel
Para de esta forma detectar, el espesor mínimo más crítico en el envolvente, y en base a cálculo determinar la presión máxima de trabajo de una caldera usada.
Lo anterior únicamente en relación con el envolvente del cuerpo de presión de la caldera, pero la caldera en su operación tiene partes más críticas y más expuestas a desgaste como lo es el tubo cañón u hogar de la caldera, que recibe a la flama del quemador.
El tubo cañón u hogar de una caldera está expuesto a la mayor fatiga del material. Los continuos cambios de temperatura en el mismo, pasando de “apagado, a flama alta, flama baja, apagado”, con la noble obligación del acero de absorber las expansiones y contracciones por consiguiente, fatigan con el tiempo al material del hogar de la caldera.
Una vez que éste se fatiga cambia su composición metalúrgica, pasa a una fase elástica, donde por presión se estira hasta explotar, con resultados fatales.
La fatiga del material del tubo cañón u hogar se da por antigüedad (tiempo) pero también por falta de agua o recalentamiento, por un mal tratamiento de agua o una falla en el control de nivel de agua de la caldera.
En cuanto a la operación de la caldera usada, ésta dependió en sus años pasados de la correcta operación de sus controles de seguridad y el manejo correcto o incorrecto del operador de la misma a través del tiempo. Una falla por bajo nivel de agua causó una tremenda fatiga en el tubo cañón u hogar de la caldera, dañó la resistencia del material del hogar y de los espejos, bajando considerablemente su restante vida útil, sin poder detectar físicamente el daño en el cuerpo de presión. Lo mismo sucede con un torito o falsa explosión. El verdadero estado de la caldera usada, lo conoce únicamente el usuario a través del tiempo. (Obviamente, cuando nos quieren vender una caldera usada, el vendedor dice que casi nunca operó y que por lo tanto sus años de operación antiguos son de uno o dos. Nos “cuenta” que nunca tuvo bajos niveles de agua, que nunca tuvo explosiones, y que su sistema de controles está en “casi” perfectas condiciones, lo cual lamentablemente nunca es cierto).
Lo barato sale caro y peligroso, ya que una reparación mayor, no solamente es sumamente costosa, sino que adicionalmente no es recomendable, ya que el cuerpo de presión nunca volverá a ser el mismo. (En el cambio de un espejo o tubo cañón, el corte y la soldadura dañan al material viejo, fatigándolo en exceso, y aumentando el riesgo de la futura operación de la caldera).
El cambio de tubos flux, no alarga la vida útil de la caldera (del cuerpo de presión de la caldera). Los tubos flux son parte del material que se debe cambiar en una caldera periódicamente durante su tiempo de vida útil. La frecuencia de estos cambios está en función del calibre suministrado y del control de la calidad del agua de la caldera.
B. En nuestro vecino país, Estados Unidos de Norteamérica, se cambian las calderas con más frecuencia (a una menor edad), debido a que los seguros aumentan sus primas considerablemente cada año a partir del séptimo año. (Una caldera nueva estampada paga muchos menos prima de seguro, que una caldera similar con 10 años de edad).
Rara vez vamos a encontrar calderas en operación con más de 20 años de edad en empresas e instituciones de prestigio en U.S.A.
Adicionalmente los norteamericanos, cuentan con compradores de calderas usadas, que son consideradas chatarra, en los mercados de México y Centroamérica.
Existen empresas en U.S.A. que se dedican a comprar calderas usadas como chatarra, a las que les cambian el forro y los tubos flux, y las ofrecen a sus países vecinos del Sur, como calderas semi-nuevas con muy poco uso real, lo cual nunca es cierto, ni comprobable.
Una caldera de tubos de humo con una edad de 5 a 7 años es una caldera semi-nueva usada.
Una caldera con una edad de 15 años o mayor es una caldera chatarra que ya no se debe comprar, ni vender por su alto riesgo.
Volvemos a hacer hincapié: No importa como se ve la caldera, si tiene un forro nuevo o no, si tiene tubos flux nuevos o no. Lo que importa en la vida útil de una caldera usada es su cuerpo de presión: su envolvente – espesor crítico – su hogar o tubo cañón y sus espejos.
C. Una caldera nueva, se surte con un quemador de alta eficiencia, ecológico. Consume menos combustible que una caldera usada. Normalmente con el ahorro de combustible de la nueva caldera, su costo de adquisición quedará amortizado, en muy poco tiempo.
Una caldera nueva, trabajando 24 horas, se paga en año y medio, por los ahorros de combustible. Generando de esta forma, posteriormente grandes ahorros a través del tiempo, una vez que se ha amortizado el costo inicial de la inversión.